Roberto llama a mi estudio para armonizar la casa de su madre Marta, solicita intencionar la Armonía del Espacio para su rápida venta, recibiendo un precio justo y para ser disfrutada por una joven familia.
Todo se concreta felizmente en muy poco tiempo, cuando Marta suelta el apego emocional por la casa familiar donde crió a sus hijos y vivió momentos muy felices. Ella autoriza mi armonización, porque Roberto no es el dueño real de la propiedad y estipula junto a la inmobiliaria un precio real de mercado, acciones obvias que no se estaban haciendo.
Aparece inmediatamente una familia que compra la propiedad y la reforma para disfrutarla con total felicidad, intención sutil complementa con la intención primaria de la venta directa. Inicialmente Marta tuvo más de 10 ofertas, hasta de mayor valor, su apego y dualidad sostenía su poder energético y real sobre la propiedad.
Anécdota de color por una acción de Roberto: Egregor de la mesada o encimera.
Roberto viviendo en la casa, me llama días después de la armonización, porque percibe que le molesta entrar en una parte de la casa. Verifico la situación, testo la energía y me dirijo directamente donde estaba el supuesto problema.
Pregunto “¿Qué pasó sobre la encimera?”
Y pregunta asombrado “¿Cómo sé que es allí?
Le explico que allí advierto una energía negativa.
Me cuenta que la mañana anterior golpea con mucha furia el mármol, discutiendo fuertemente con un cliente por teléfono, quedando impactada la energía allí. Él percibía algo que no podía explicar, que contrasta con la actual vibración elevada de la casa. En fin, la historia es súper interesante con muy buenos detalles en la armonización, lo importante es que Roberto solicitó armonizar además su vida, la de sus amigos y sus casas…